Miguel de Molina
Cantante español
Miguel de Molina nació el 10 de abril de 1908 en el seno de una familia humilde en Málaga.
Solo cursó estudios primarios en el Colegio de los Salesianos, del que fue expulsado.
Se unió a una compañía de gitanos con los que subió a los escenarios de las principales capitales españolas. Más tarde, trabajó vendiendo pescado, utilizando los pregones que recordaba de su infancia. Canta y baila en tablaos y compañías de poca envergadura, aprende a diseñar y confeccionar el vestuario de sus espectáculos y entabla amistad con algunas de las figuras más importantes de la época, como Benavente, Lorca y Pastora Imperio.
Durante la Guerra Civil actúa en teatros, en el frente y en hospitales. Tildado de cantante republicano, fue perseguido, sus espectáculos fueron interrumpidos, sufrió múltiples detenciones y finalmente fue sometido a un "paseíllo", del que logró sobrevivir. En 1942 viajó a Lisboa y embarcó rumbo a Buenos Aires. Poco después, la persecución continuó a través de la Embajada española, lo que le obligó nuevamente a abandonar Argentina, perdiendo todo lo que poseía.
En 1943 se trasladó a México, donde la historia se repitió. Sin embargo, volvió a alcanzar el éxito, convirtiéndose en una de las principales figuras artísticas de América Latina. En 1957, regresó a España, al año siguiente actúa en el filme Luces de candilejas. Actuó en las fallas valencianas y en Madrid. A pesar de recibir numerosas ofertas, decidió regresar a su residencia en Belgrano, Buenos Aires, donde se retiró de los escenarios en 1960 residiendo a partir de entonces en Nueva York y Argentina.
Con la llegada de la democracia a España, fue reconocido y homenajeado con la medalla de la Villa de Madrid, una plaza con su nombre y una casa en Málaga. En 1992, en la Embajada de España en Argentina, recibió la Medalla de Isabel la Católica.
Miguel de Molina falleció el 4 de marzo de 1993 en Buenos Aires.